lunes, 30 de junio de 2014

Scolinex the killer



Ha pasado muche desde que me eh mudado aquí casualmente llego una curiosamente Muy fan de jeff the killer supe que ella tenia algo ese algo que la hacia muy especial que muy pocas personas tienen, ella se veía de buen corazón pero todo cambio cuando llego el día ese día en el que conoce a Claudia y su pandilla. 

Me sorprendió mucho como los golpeo. Pero algo que de verdad me dio miedo es ver a...

El mismisimo jeff the killer escondido entre la maleza por suerte no me vio, salí corriendo lo más rapido que pude.

Saliendo de clases hiendo ha mi casa algo me estemició mucho un chico con un suéter blanco encapuchado se cubría con su gran cabello negro entro y dejo una nota en el casillero de nina ese chico me miro solo vi sus ojos esos ojos con los puntos negros rodeados de blanco y piel blanca en ese momento me dijo que me callara, retrocedí y el se fue corriendo no sé por qué.

Me fuí a clases pasaron semanas cuando eso paso... Era un día normal como todos de mi escuela y lleve un libro de terror clásico de esos como drácula, fui a una casa abadonada donde de costumbre me sentaba a leer al lado de un árbol cuando me percato que unos chicos en a la casa peleando me doy cuenta de que estaba nina, su hermano crhis, claudia y su pandilla en ese momento me dije ¡WTF!... Vi todo como se peleaban! salí corriendo apenas salió nina con crhis fui a mi casa me tranquilice me puse mi pijama y me fui a leer un libro en el momento que me siento escucho gritos salgo para ver que pasa Muchos vecinos están afuera que extraño digo yo cuando veo a nina quemada me miro con una sorrinsa sádica quise acercarme más pero mi madre detuvo me dijeron que no fuera.

En ese momento me pregunte que habrá pasado quien ah echo esto porque me conseguí a jeff en la escuela  ¡¿por qué?! ¡¿por qué?! ¡¿por qué?!

Psa el tiempo y dan de alta a nina, al salir del carro la veo me asombre tanto se veía muy feliz la misma sonrisa sadica que vi anteriormente casi grito...

Pasaron horas cuando vi que las luces de su casa se encendían, De pronto vi algunas notas en mi escritorio         Al voltearlas decían lo siguiente.

-¿Estás seguro de esto?-

-¿Que estas esperando?-

-¡Corre huye de aquí ¡¡¡Rápido!!!-

Yo me preguntaba quien dejo estas notas aquí

Dije: ¡¿Qué carajo?! ¡quien me escribió esto!

De repente se escucha una voz detrás de mí...

-Yo.

Dije: ¡Quien eres! ¡que haces aquí! ¡como entrastes!

-No soy nadie solo sal de aquí rápido antes de que ella llege...

A lo que respondi: ¿que? quieres decir con "ella"

-Nina...

sorprendido dije: ¿NINA? Que quieres decir con nina.

Cuando de las sombras sale alguien... Era jane the killer                                                                                  

Todo que do en silencio.

Cuando del otro lado de la casa se escucha un gran estruendo, como el de una puerta al romperse...

Era nina

Jane: Ya es demasiado tarde...

Eh pero que desaparecio.!!                                                                                                                                                

Voy corriendo a la cocina cuando se escucha que una ventana se habre en la habitación corrí lo mas rapido que pude, pero una silueta con suéter blanco me golpea en la cabeza con un bate lo último que veo es a nina y a jeff riéndose.

Medespierto en una silla amarrado y lo que se es lo más tétrico que se puede ver...                                             Ver a mis padres, amigos, familiares y padres de nina sentados con una sonrisa terriblemente tétrica en sus caras, al ver esto grito todo lo que puedo pero nada.

Se escucha una voz en la cocina...

Go To Sleep.

yo: ¡¿que pasa?! ¡ayuda! ¡auxilio!

Nina: Shhhh! es de mala educacióngritar en tan hermosa, ¿No crees?

yo: fuiste tú! que quieres de mi sacamé de aquí! loca! 

Nina: ¿Locura? ¡¡¡JAJAJAJAJA!!! Todo agradécelo a jeff...

Jeff:hola scoli...

Yo: Ah! Tú! Sácame de aquí de una vez! y ve como te mueres maldito imbécil

Nina: Descuida scolinex.. no puede haber una jeff sin su jane...

Todo se oscurece...

Semanas después...

¿Donde estoy? ¡que pasa!

shh- Descuida estas en un hospital, alguien te saco en el momento del incendio, lamentablemente tus padres fallecieron en el acto.

¿QUE? ¡NO!

No te muevas estarás bien aquí, aqui te han dejado un paquete dice anónimo.

Que es esto.

Hola scoli perdona si no pude salvarte de nina y jeff, pero te pude salvar antes de que murieras, lamentablemente ya estabas muy quemado, Aquí tengo, algo para que te cubras, una mascara, una peluca y un cuchillo para que puedas defenderte, no tengo mucho tiempo adios.

Att:jane the killer

Llorando, me levanto con las pocas fuerzas que tengo y me voy con mi ropa. Voy al cementerio y consigo las tumbas de mis padres.

Esos malditos...¡Me las van a pagar! me pongo mi mascara y me voy juro venganza por esos malditos...nina, jeff Solo digo que en el momento que los vea no dejare que muevan ni un solo musculo más.


Clockwork

Una pequeña niña se sentó en su habitación. Tenía un desordenado pelo, puesto en dos coletas, con ojos color avellana, que miraban a la puerta. Ella atrajo fuertemente su jirafa de peluche contra su pequeño cuerpo, y escuchó con atención los fuertes gritos de su padre y madre.


-¡Son niños, David! ¡No saben hacer nada mejor!
-¡Nunca debí tener ningún maldito hijo! - Gritó una fuerte y grave voz.-Todo lo que hacen es desordenar, quejarse, pintar en las paredes... - Fue interrumpido por los gritos de la madre de la pequeña.

-Oh, maldición Marybeth. ¡No quiero escuchar ninguna de tus excusas de mierda! He tenido suficiente de ellas.

-¿Y qué esperas hacer con todo esto?

La pequeña escuchó unos fuertes pasos que iban hacia su habitación y apretó más fuerte a su jirafa. La puerta fue violentamente abierta, y en la entrada se paró, enfurecido, alto y gordo padre. En una de sus carnosas manos, traía un gran libro de texto.

-¡David, detente! - Gritó su madre-.

Pero el padre ignoró los llantos de su esposa. Tomó a la pequeña por el cuello, y ella gritó y pateó al aire. Temblando y sacudiéndose del miedo. El padre de la niña llevó duramente el libro de texto hacia arriba.

-¡Esto es por rayar las paredes, pequeña perra!

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Años después, la pequeña niña, ahora conocida como Natalie, tenía 9 años ahora. Pasando por la pubertad, ella era naturalmente un poco gordita. Como siempre, se sentó en su habitación a ver televisión. Su padre vociferaba algo sobre alguna estupidez económica a lo que a ella le importaba menos que una pelusa, así como ella comía sus palomitas de maíz. Ella también estaba dibujando, había un poco de sangre, pero inusualmente, a ella le gustaba dibujar cosas así. Le daba una extraña satisfacción. Además, hacer muchas cosas a la vez, no era un problema. Se volvió aparente para ella a una temprana edad. Después de tener que trabajar duro, para ella era un pan comido. Dibujar había terminado siendo uno de sus pasatiempos y más grandes talentos. Era su manera de escapar de lo común, cada vez que pasaba algo malo, o simplemente cuando estaba aburrida.

De repente escuchó como la puerta de su habitación se cerraba. Miró a su izquierda, deteniendo el masticar de sus palomitas. Ahí estaba su hermano Lucas, quien tenía 14 años.

- ¿Qué pasa?- Ella aún podía oír el sonido de su padre gritando- ¿Papá te asusta?- Él dejó escapar una risita.

- Ni modo. Yo creo que a estas alturas, nos acostumbramos a sus gritos.- Hubo una gran pausa- Así que, ¿Por qué estás aquí?- Parecía que él estaba jugando con sus mangas, y tenía unos pocos tics.

- Te tengo que preguntar algo... -Puso sus ojos sobre ella. Ella frunció el ceño ligeramente ya que su impaciencia crecía. Él la había interrumpido.

- ¿Qué? - Él se movió más cerca.

- Tú dijiste que querías ser genial, y crecer como una adolescente, ¿no? -Ella afirmó con su cabeza lentamente- Bueno, tengo una oferta.

- ¡Suéltalo ya!

-Tú sabes... tu sabes lo que los chicos y las chicas hacen juntos a veces, ¿no?

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Al otro día en la escuela, Natalie no dijo una palabra. Ella no habló en el día entero. Ella no tenía con quien hablar aún así. Nadie puede saber. Nadie debía saber. Así que, nadie lo sabría. Su maestra logró ver algunas miradas perdidas. Pero ella pensó que sólo no había entendido la lección. Además a Natalie le dolía mucho. Nunca pensó que le dolería. Sintiéndose asustada, caminó a su casa, silenciosamente, y fue a su habitación. Pero más tarde, fue recibida otra vez por su hermano.

Nadie lo sabría.

En la escuela decidió finalmente contarle a alguien. Aunque no tuviera amigas, pensó que debía hacerlo. Ella caminó hacia un grupo de chicas que ocasionalmente veía en el pasillo. Parecían buenas niñas, y Natalie había hablado un par de veces con ellas.

-Oye, Mía... -La pelirroja miró por sobre Natalie, con una dura mirada.

-¿Sí?

-Yo, uh... Necesito contarte algo... Ha estado pasando por un tiempo, y tú y tus amigas parecen ser las únicas en las que puedo confiar. - Mía y sus amigas parecieron sonreír por un momento, sólo un momento. Y Natalie lo supo, estaban hambrientas por los chismes.

-Está bien, puedes confiar.

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Un día después, eso fue todo lo que tomó. Ella había tenido comentarios constantes en las redes sociales, como Facebook. Una vez, incluso la llamaron puta. Sin mencionar que en la hora de comer, su almuerzo terminó en su cabello. Y esto iba a ser el menor de sus problemas, pero Natalie, teniendo tan sólo 9 años, no podía hacer nada más que estar completamente molesta.

De todas formas, jamás se cortó. Jamás miró mal a nadie. Nunca dijo nada sobre eso. Como puedes recordar, en esta historia, ella se ha guardado todo dentro. Pensó que sería mejor. No dejaría que ningún dolor la consumiera.

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3:00 AM, noche de escuela. Su madre la iba a matar. La chica conocida como Natalie, tenía 16 años ahora. Era muy productiva en la escuela, cerca del cuadro de honor. Por una vez se sentía feliz y tranquila. Aunque usualmente, ella se convertía como en un 'ermitaño' en su habitación, escondiéndose de su padre, quien aún le gustaba gritar, hablar sobre economía y estupideces de la que ella estaba cansada de escuchar.

Sus ojos se empezaron a sentir pesados. Tenía una asignatura en la que trabajar, pero ese no era su mayor problema. Todo en lo que podía pensar era en dormir. Cerró su laptop, ajustó sus ojos a la oscuridad y pudo ver, su desgastada jirafa de peluche en un rincón. Se le quedó mirando, en completo silencio. Los recuerdos pasaron por su mente y sus ojos empezaron a llorar. Pero sus ojos pestañearon y contuvieron las lágrimas. "No me derrumbaré" se dijo a sí misma. Pero continuó mirando la jirafa. "¿Qué mierda estoy mirando?" Ella se paró y fue a buscar a su pequeña jirafa.

- Lo- lo siento- Le dijo en susurros. Algunas lágrimas corrieron. Ella abrazó la jirafa, así como se tendía en la cama.

Se despertó de pronto por los gritos de su madre. Cansadamente abrió uno de sus ojos.

- No me puedo creer que se me haya olvidado quitarte la laptop anoche. ¡¿Estuviste toda la noche en ella, o no?! - Su madre suspiró y se fue. Así como Natalie tomó una ducha, cepilló sus dientes y comió su desayuno rápidamente antes que su tiempo se acabara. Saltó en el auto y dejó que su madre la condujera a la escuela.

Debido a la falta de sueño, apoyó su cabeza en el vidrio y comenzó a soñar. Tener pesadillas mejor dicho, que consistían en su abuso físico de su hermano Lucas, el que duró 4 años, hasta que tuvo las agallas para pararlo. Su madre nunca se enteró, nunca.

De pronto, fue despertada por su madre.

- Estamos aquí.- Ella miró el letrero de su escuela "Instituto Walkerville Para Las Bellas Artes".

- Te veré más tarde.- Se despidió Natalie.

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Su profesora de inglés molestamente puso su mano sobre el puesto de Natalie.

- ¿Donde esta su trabajo, señorita Ouellette?- Natalie tragó.

- Los he olvidado en casa. Perdón señorita Homenuik.

- Su tiempo se acabó, señorita Ouellette. No me decepcione.- Natalie se sintió perpleja por un momento. Esas palabras. Ignoró ese sentimiento y trató de escuchar la clase, en la que se quedó dormida, por su puesto. Luego ella salió de clase y caminó hasta su casillero. Cuando de repente encontró a su novio Chris parado al lado de él.

- Hablemos después de clase, ¿sí?- Dijo él. Ella sólo sonrío, le encantaba hablar con Chris. Nunca sospechó nada, era un buen chico.

Durando sus clases de francés, se atrevió a no poner atención. En vez de eso, prefería dibujar. Sangre, gore, masacres, gente siendo apuñalada. La gente decía que era muy oscuro de su parte dibujar tales cosas. Para ella siempre fue normal.

- Señorita Ouellette.

Natalie rápidamente cubrió sus dibujos y miró a su profesora, tratando de ocultar el miedo.

- ¿Sí señorita LeVasseur?

- Muéstreme su trabajo. -Natalie tuvo que quitar el brazo del dibujo de alguien siendo apuñalado por un hombre sin cordura. La profesora la miró perpleja.

- Borre eso y comience a trabajar- Dijo con una extraña calma en su voz. Natalie suspiró, así como su profesora se alejaba.- Y señorita Ouellette...- Dijo dándose la vuelta- Su tiempo casi se acaba, le sugiero que empiece a trabajar ahora.- Natalie gruñó, el tiempo nunca parecía estar a su favor. Caminó fuera de la escuela, feliz porque iría a hablar con Chris, eso le alegraría el día. Cuando lo vio, ella sonrío, pero él no le devolvió la sonrisa.

- Chris, ¿Que- qué pasa?, ¿De qué me querías hablar?- Él suspiró.

- Creo que es tiempo de que... nosotros... conozcamos a otras personas.- Sintió como su corazón se partía en dos.

- P-pero... ¿Por qué?

- Es tu mentalidad. ¡Tus dibujos!, me asustan, Natalie. Además nunca me has dicho porque actúas así, me haces sentir irresponsable. No puedo más con esto, lo siento. -Chris se alejó caminando.

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Natalie puso sus manos en el mostrador del baño. "No me haré daño como los otros... puedo mantenerme fuerte" En su mano había hilo negro y una aguja. "No tiene sentido, no ayudará" Alguna extraña fuerza la empujó a su subconsciente. "No, lo estoy haciendo porque quiero" sostuvo en lo alto la aguja con el hilo, y sonrío de oreja a oreja. "El tiempo se acabó". Pieza tras pieza, corte tras corte. Aún con el dolor enloquecedor, ella no gimió. No gritó. No lloró. No quedaban ya lágrimas. Todo lo que hacía era sonreír. La sangre caía de las perforaciones en el fregadero y el mostrador. Cuando terminó, admiró su trabajo. Vio los puntos de sutura que formaban una gran sonrisa. Lamía la sangre de sus dedos, sintiendo el sabor metálico. Ella se detuvo cuando vio el reflejo de su madre en el espejo. Vio sus ojos abiertos y su cara tan pálida como la nieve. De pronto, sintió todo el dolor, y comenzó a llorar.

- ¿Mamá?- Primera vez que se sentía tan confusa, ¿Qué le estaba pasando?

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Su madre agenda una hora para terapia. Natalie no se deshizo de las perforaciones. Así que fue con ellos, pero se aseguró que su capucha estuviese arriba, así nadie las vería. Se sentó frente a la señora rubia.

- Tu nombre es Natalie, ¿no?- Natalie sólo la miró- Soy Débora, estoy aquí para ayudar. Así que dime, ¿Cuáles son tus problemas?

- El tiempo. Él es mi problema.

- ¿Qué cosas sobre el tiempo, querida?

- Todo. Te hace vivir dentro de él. Pasando tan lentamente en la vida. Siendo controlado por la sociedad, sólo para ser torturado aparentemente sin fin, hasta que te das cuenta de que no tienes un propósito. Es un círculo vicioso. El tiempo no termina. No se apresura. No se ralentiza. Es violento. Te tortura una y otra vez. No siendo hábil para poder "adelantar" el proceso.- Natalie no tenía ni idea de lo que dijo. Ella se sentía como si ya no fuera ella misma. Podría ser... ¿Por la cosas que se guardaba? No, imposible. Por alguna extraña razón, le gustaba.

- Natalie, necesito que me digas que te está pasando.- Natalie sonrío, haciendo que las perforaciones se volvieran a abrir.

- ¿Por qué no me lo dices tú, rubiecita? Tú eres la experta- Débora le dio una mirada de molestia.

- Natalie, no te puedo ayudar si no me dices que pasa.

- Natalie ya no está aquí.- Los ojos de Débora se abrieron como platos. Se paró y dijo:

- Estaré devuelta en seguida. Por favor quédate aquí.- Se fue, dejando a Natalie sola. Ella sólo se quedo ahí sentada. Tal vez si ella hubiese hecho algo en este punto, Natalie no sería la que es ahora. Habrá más gente viva. E incluso, estaría cuerda otra vez.

Me encantaría decir que Natalie se paró de la silla e hizo algo. Pero no. Sólo se quedó ahí, sentada. Sin hacer nada, ni moverse siquiera. Después, cuando comenzaba a notarse su impaciencia sus padres entraron a buscar a Natalie. Feliz porque se irían. Vio la cara de preocupación y enojo en la cara de sus padres. Ella estaba confundida, pero sólo se subió al auto, ya quería irse a casa. En el camino, Natalie se durmió por fin. Pero en su sueño, una voz le dijo extrañamente:

-Tu tiempo se acabó.

Ella se despertó de un golpe con gotas de sudor bajando por su cara.

No estaba en casa. Ni en el auto.

Estaba en una cama. Una cama blanca, en una habitación blanca. Miró a su lado, estaba conectada a un monitor. Y cuando se trató de incorporar, descubrió que estaba atada a la cama. Empezó a entrar en pánico, y tratar de liberarse desesperadamente. Cuando la puerta se abrió, y entró un doctor cliché de los que encuentras en un laboratorio.

- Debes estar muy confusa, me imagino. Pero no te preocupes, estamos aquí para ayudar. Tus padres firmaron un contrato para darte unas drogas para ayudar tu estado mental.- Ella iba a protestar pero el doctor se le adelantó.- No debes preocuparte. Ahora sólo trata de relajarte.- Él le puso una máscara que le cubría la nariz y boca. De pronto sus ojos se cerraron.

De repente, abrió sus ojos. No podía comprender que estaba viendo. Le habían clavado muchas inyecciones, había cosas frotadas en su piel. Se sentía como esas personas que sentían toda la operación, aún con la anestesia, cuando su cerebro no responde. Pero el suyo sí que lo hacía. Su monitor cardíaco se empezó a acelerar y los doctores se dieron cuenta que sus ojos estaban abiertos. Un doctor le gritaba al otro. Ella no sabía lo que decía, pero sintió una descarga de adrenalina. Luego empezó a quitarse las amarras, sacudiéndose violentamente. Uno de los doctores la iba a sostener, pero vaciló un momento y todos los doctores se mantuvieron lejos. Ella se sentó en la cama y se quitó la máscara y los tubos de su piel. Comenzó a caminar hacia los doctores. Les dedicó unas sonrisas desquiciadas. Pero afortunadamente, sintió un dolor en su pecho y cayó sombre sus rodillas, tosiendo sangre. Veía todo borroso y de pronto, un fondo negro.

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Ella se despertó en la cama otra vez, muy lentamente. El doctor estaba sentado en la cama.

- Algo fue mal, extremadamente mal.- Ella no sabía porque pero sentía una ira incontrolable hacía el doctor. Él se dio cuenta y desvió la mirada.- Se suponía que no despertarías mientras te dábamos las dosis para tu mentalidad. No sabemos en qué te afecto, pero estoy seguro que lo averiguaremos.- Él hizo una pequeña pausa, sin mirarla obviamente.- Se suponía que habría un cambio en tu apariencia, y bueno...- Ella se miró al espejo, sus ojos era completamente... verdes. Vio que aun tenía las perforaciones, y no pudo sentirse más que feliz. Su frecuencia cardíaca comenzó a acelerarse otra vez.

- Hahahaha - Ella no podía dejar de reír- El doctor estaba en shock, viendo como ella se paraba en frente suyo.- ¿Doctor? -dijo con una sonrisa.

- ¿S-sí?

- Su tiempo se acabó.

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Un grito se escuchó en el hospital. Dos guardias llegaron al instante, pero todo lo que vieron fue sangre. En el piso, en la cama, en la pared. El doctor tenía la columna quebrada. Estaba apretado en la cama, como un sándwich. Y en la esquina, estaba la asesina. Dibujando en las paredes con la sangre, seguido con la frase "Tu tiempo se acabó" Se dio la vuelta, y los vio.

- Hola amigos, ¿Quieren jugar? - Dijo con una voz de desquiciada.

Cuando los guardias habían sacado sus pistolas, Natalie estaba preparada con un cuchillo. Le dio en el estómago al primer guardia, ahora con todas sus tripas fuera. Y luego caminó lentamente al segundo guardia.

- Tu tiempo se acabó.- Le dio con el cuchillo en la arteria aorta. Luego hizo bajar el cuchillo por el pecho hasta el estomago. Con todos sus órganos en el piso.

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La madre de Natalie estaba silenciosamente durmiendo al lado de su marido. Estaba lloviendo a mares afuera y ella se despertó con el sonido de alguien tocando la puerta de la casa. Se levantó, con cuidado hasta la puerta. Vaciló antes de tomar la manilla. Había una risa macabra. Y los truenos y la lluvia parecieron cesar al instante. Presionó su oreja contra la puerta y escucho:

- Hola, madre.

Natalie rompió la puerta, y entró con dos cuchillos. Uno en cada mano. Su madre se sobresaltó y caminó hacia atrás tan fuertemente que se golpeó con el perchero. Cayó paralizada, pero aún consiente. Natalie se acercó a ella, mostrándole los dos cuchillos.

- Yo estaba sufriendo, madre...- Le pasó el cuchillo por la mejilla, cortándola.- Pero no hiciste nada...- Todo lo que la madre podía hacer era respirar a bocanadas y temblar. Natalie la tomó y la sentó. Comenzado a hacerle un corte en forma de V. Ella no podía hacer nada mientras lo hacía, luego su respiración comenzó a convertirse en gárgaras, por la sangre. A Natalie no le quedaba mucho tiempo, así que terminó de cortar y ¡Crack! rompió su costilla en busca del corazón, sosteniéndolo, cuando aún latía. Ella seguía mirando a su madre, hasta su muerte.

- Dulces sueños.- Le dijo al cuerpo.- Tu tiempo se había acabado.- Puso el corazón en la boca de su madre. Ella aún no había terminado.

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El padre de Natalie, David, se incorporó al ver que su esposa aún no regresaba. Cuando sus ojos se ajustaron a la oscuridad, se dio cuenta que Natalie estaba junto a su cama, y ella puso una cara triste falsa.

- Oh no, mamá se ha ido...me pregunto ¿Quién conseguirá el dinero ahora?- De pronto agarró la frente de su padre.- De todos modos, era todo lo que te preocupaba.- De todas formas, su padre era un luchador, así que tumbó a Natalie en el suelo, y la pateó hasta que empezó a toser sangre.- ¿N-no se siente bien papi? hahaha. Después de todo, nunca te importó hacerlo todos estos años, ¿No es así? -El frunció el ceño.

- Tú no eres mi hija.

- Tienes razón, no lo soy.- De pronto, derribó a su padre y se levantó, con los cuchillos en las manos- Dicen que mientras más grandes son, más fuerte caen.- Mientras le faltaba el aliento, Natalie tomó una almohada y la presionó contra la cara de su padre, cada vez más fuerte, mientras él gemía y lloraba del dolor.- ¿Qué pasa?¿mucho dolor para ti, papi?- Lo  apuñaló dos veces con los cuchillos en el estómago y luego rompió uno de los palos de la cama, que eran pesados por la madera.- Los necesitaré- Tomó el palo y lo puso primero en las piernas y se sentó sobre él, cada vez subiendo por su cuerpo. Él se empezó a atragantar con su propia sangre. Hasta que su respiración fue silenciada.- Ah, vamos- Ella se forzó a agregar peso y de pronto, los órganos salieron de la boca de su padre. Ella sonreía por su éxito.

- Tu tiempo se había acabado, papi.

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Finalmente, la parte más divertida. Ella silenciosamente caminó a la habitación de su hermano, abriendo la puerta. Se dio cuenta que la cama estaba vacía, él se estaba escondiendo.

- Oh, hermano, vamos.- Entró en la habitación- Todo lo que quiero es un poco de diversión, hahaha. Como ella entro más, se quedó quieta para escuchar cualquier sonido. Alguna respiración. Algún sonido de movimiento. Y de pronto, ella escuchó algo. Una respiración.

¡BAM!

Su hermano estaba detrás de ella sosteniendo un bate de baseball ensangrentado. Mirándola, con un profundo odio. Ella trató de incorporarse lentamente. Pero cuando lo lograba fue golpeada. Una vez, y otra vez y otra y otra y otra.

- ¡Mamá siempre te prefirió, perra!- Él la golpeó fuerte una vez más, para tomar algo de aire. Ella estaba sangrando mucho. Sus ojos verdes cayeron y brillaron débilmente en la oscuridad. Se sintió débil, hasta que miró el techo. Recordó el abuso, por 4 malditos años mirando ese techo mientras era torturada por su propio hermano. Sentía la adrenalina correr por su cuerpo y se comenzó a parar lentamente con una risa insana.

-HAHAHAHAHAHAHA.- Su hermano fue a pegarle de nuevo con el bate, pero ella bloqueó el ataque con sus cuchillos.- ¡TE IRÁS AL INFIERNO, HERMANO!- Dijo dándole un empujón que lo mandó volando a la cama. El se golpeó con el respaldo, y a punto de lanzarse contra su hermana, hasta que ella clavó sus cuchillos entre los brazos y el respaldo para mantenerlo quieto.

- Veamos que podemos usar...- Tomó un simple cuchillo de mantequilla- Dicen que los ojos son los órganos más suaves en el cuerpo...- Lamió el cuchillo.- Cómo la mantequilla.- Él la miró horrorizado. Sólo quería salir de ahí. Ella comenzó a quitar los ojos de su hermano con el cuchillo. El comenzó a gritar. No podía ver nada y el dolor era inimaginable. -Ahora, ahora... no puedo dejar que despiertes a los vecinos.- La sangre brotaba de sus cuencos vacíos. Lloraría, pero ahora él no podía. Ella le ató un trozo de género a la boca.

-Mnh...-Dijo ella buscando otra cosa que usar. Encontró un par de tijeras.- Me parece que tenemos que aflojar el corte, hermano.- Ella lo apuñaló con las tijeras en las tripas, cortando cada detalle de piel como si fuera papel. Ella levantó el intestino largo, sonriendo traviesamente.- ¿Sabes lo que amo? arte con macarrones.- Empezó a cortar el intestino en partes- Aunque creo que esto será muy grande como para ponerlo en un plato.- Escuchaba como su hermano se ahogaba con la sangre, él sólo la podía tragar, por el trozo de género en su boca, ahora cubierto de sangre. - ¿No sabe bien?- Dijo ella lamiéndose los dedos con sangre.- Estoy segura de que te gusta.

Ella comenzó a rasgarle los pies, uno por uno. Sus gritos crecieron inútilmente. Luego fue por sus dedos. Fue cortándolos también. Ella escuchaba que el gorgoteo se volvía más intenso. Su hermano se estaba ahogando. Ella fue y le quitó el género. Él se dio vuelta de inmediato y comenzó a vomitar violentamente.

- Calma ahí, hermanito.- Tomó uno de los dedos cortados.- Come esto y te sentirás mejor.- Ella dejó el dedo ahí, mientras su hermano se ahogaba lentamente, hasta que murió.

- Tu tiempo, se había acabado hermanito.

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La chica, conocida como Natalie, fue hacia su habitación y vio en la esquina a la pequeña jirafa de peluche. Se arrodilló y la miró, sin decir una palabra. Luego fue al baño, y se admiró, cubierta de sangre. Ella escuchaba un débil sonido de un Tic-tac. Miró hacia abajo y vio un pequeño reloj de bolsillo. Miró sus manos, escuchando los Tic-tac que parecían durar una eternidad.

Ella tomó uno de los cuchillos que goteaban sangre que caía al mostrador. Y comenzó a desarmar el reloj, hasta que sólo quedó un reloj pequeño que no funcionaba.

- El tiempo te hace vivir dentro de la tortura.- Dijo clavándose el cuchillo en el ojo.

- Lentamente progresando en la vida, siendo controlado por la sociedad.- Comenzó a excavar en la cuenca, mientras la visión se le teñía de rojo y se volvía borrosa.

- Hasta que te das cuenta que no tienes un propósito.- Sintió como su ojo se desprendía, haciendo que la sangre cayera al fregadero.

- Es un circulo vicioso.- Su ojo se terminó de salir y sintió un dolor agudo conectándolo con su cabeza.

- El tiempo no se acelera. No se ralentiza. Es violento. -Ella tomó el nervio que unía su ojo con la cuenca y tiró fuertemente, hasta que cayó en el fregadero.

- Te hace vivir la tortura, una y otra, y otra vez.- Dijo colocando el reloj donde su ojo debería estar.

- Siendo incapaz de acelerar el proceso.- Un sonido de chapoteo indicó que el reloj encajaba perfectamente.

- Yo soy Clockwork.

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La chica conocida como Natalie, salió de su casa en llamas. Y la jirafa, junto con los cadáveres de la familia se quemaba lentamente.

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Ticci toby

El largo camino a casa parecía seguir y seguir. El camino continuó delante del vehículo sin fin. La luz que brillaba a través de las ramas de los árboles verdes altos bailó a través de la ventana, de vez en cuando, odiosamente brillando en sus ojos. El entorno estaba lleno de profundos árboles verdes que formaban un bosque alrededor de la carretera. El único sonido era el sonido del motor de los coches. Era tranquilo. Aunque el viaje parecía muy agradable, carecía de toda forma de "agradable" para los pasajeros.


De vez en cuando miraba hacia atrás en el espejo retrovisor para poder ver a su hijo en el asiento trasero, que estaba encorvado parcialmente, tenía sus brazos apretados alrededor de su pecho y su cabeza presionada contra la ventana fría. El muchacho carecía de apariencia normal, cualquiera podría  ver que algo andaba mal con él. Su cabello castaño desordenado estaba en todas las direcciones, y su piel pálida, resaltaba por la iluminación luminiscente. Tenía ojos oscuros, a diferencia de su madre, el llevaba una camiseta y  pantalones blancos que habían sido puestos a su disposición por el hospital. La ropa que había usado antes, manchada por lo destrozado y la sangre, no se podía usar más. El lado derecho de su cara dejaba al descubierto unos cortes a lo largo de la ceja. Su brazo derecho estaba vendado desde la muñeca hasta el hombro, que había sido destrozado cuando había golpeado el cristal roto. 
La mujer de mediana edad que iba adelante llevaba una camiseta cuello v ,un par de pantalones vaqueros y aretes de diamante con los cuales llevaba adornadas sus orejas. Tenía los ojos de color verde profundo, los cuales resaltaban con  su camiseta, y la iluminación parecía hacerlos notar más. No había mucha importancia en su apariencia. Ella se veía como cualquier madre de mediana edad que se ven en cualquier programa de televisión, y tal; pero una cosa es segura, hacía diferencia de las madres promedio por sus marcadas ojeras , unas bolsas oscuras debajo de los ojos. Su expresión facial era sombría y triste, a pesar de que realmente parecía que sonreía mucho.

Sus heridas parecían ser dolorosas, cuando en realidad él no podía sentir nada en absoluto. Eso fue sólo una de las glorias acerca de ser él. Uno de los muchos desafíos que tuvo que enfrentar creciendo; crecía con la rara enfermedad que le llevó a ser completamente insensible hacia el dolor. Nunca antes en su vida llego a sentirse herido. Podría haber perdido el brazo y aun así, no sentía nada. Este y otro trastorno del que se había enfrentado, fue al que gracias a él, le pusieron muchos apodos insultantes en el poco tiempo que asistió a la escuela primaria, antes de ser trasladado a la educación en el hogar, era el Síndrome de Tourette, lo que le causaba tics de una manera que no podía controlar. Él movía su cuello y temblaba incontrolablemente de vez en cuando. Los niños se burlaban de él y le llamaban Ticci-Toby, riendo a carcajadas.

Él se puso tan mal que decidieron educarlo en su hogar, ya que era muy difícil para él estar en un ambiente de aprendizaje común con niños normales. Toby se quedó mirando por la ventana, su rostro estaba vacío de toda emoción, y cada pocos minutos sus hombros, el brazo o el pie le temblaban. 

Cada golpe que el coche daba, le revolvía el estómago. El nombre de este muchacho era Toby Rogers. Y la última vez que Toby recordó que montaba un coche, fue cuando se estrelló. Eso es todo lo en lo que él pensaba; Inconscientemente reproducía todo de lo que se había acordado antes de desmayarse, una y otra vez. Toby había sido el afortunado, mientras su hermana no había tenido tanta suerte. Oh, cuando llegó el pensamiento de su hermana mayor, no pudo evitar que unas lágrimas salieran de sus ojos, los horribles recuerdos se reproducían en su mente. Su hermana gritando, cuando se hizo una cortada, la parte delantera del coche rompiéndose. Todo se quedó en blanco por un momento. Después Toby abrió los ojos para ver el cuerpo de su hermana, con la frente perforada con fragmentos de vidrio, las caderas y las piernas rotas, las cuales estaban aplastadas bajo el volante, su torso empujado por la bolsa de aire inflada tarde. Esto era lo último que había visto de su querida hermana mayor. El camino a casa continuó durante lo que pareció una eternidad. Le tomó mucho tiempo para llegar a casa, debido a que su madre quería evitar transmitir la visión del accidente. Después de pocas horas, al fin habían llegado a casa. Era un barrio antiguo, con casitas pintorescas cada una junto a la otra. El coche pasó por delante de una pequeña casa azul, con cristales blancos. Ambos se dieron cuenta rápidamente del viejo vehículo que estaba estacionado frente a la casa, y la figura familiar que se destacó en el camino de entrada. 

Toby sintió que su cuerpo era consumido por la rabia y la frustración al ver... A su padre. ¿Padre? él nunca fue su padre, él solo fue su progenitor, y si alguna vez fue su padre, nunca estuvo ahí con él, apoyándolo. Su madre estacionó el coche en el camino de entrada  antes de apagar el motor y se preparó para salir y enfrentarse a su marido.

-"¿Por qué está aquí?"-, dijo Toby en voz baja mientras miraba a su madre que abría la puerta del coche.

-"Él es tu padre Toby, él está aquí porque quiere verte,"- Su madre respondió con una voz monótona, tratando de parecer menos inestable.- "Sin embargo, él no pudo haber conducido hasta el hospital a ver a Lyra antes de morir"-Dijo Toby, mientras entrecerraba los ojos por la ventana. "Estaba borracho, no podía conducir-" "Sí, y no se acordó de su hija después", Toby abrió la puerta antes que su madre y se tambaleó al salir a la calzada donde se encontró con la mirada de su padre, antes de mirar a sus pies con una expresión severa. 

Su madre salió detrás de él, luego, la miró a los ojos antes de caminar alrededor del coche. Su padre abrió los brazos, esperando un abrazo de su esposa, pero ella se acercó a él pasó, y le pasó el brazo por los hombros a Toby y le influyó para comenzar a caminar en el interior. Su esposo comenzó a decir con una voz ronca:

-"¿Qué hay del abrazo de bienvenida a casa? ¿eh?"- La mujer hizo caso omiso a las desagradables palabras de su marido, y caminando, pasó con su hijo bajo el brazo de su esposo.

-"Hey, él tiene 16 años, puede caminar por sí mismo", dijo su padre y empezó a seguirlos.

-"Tiene 17 años,"- Connie fulminó con la mirada antes de abrir la puerta de la casa y entrar dentro.-Toby, ¿por qué no te vas a tu habitación para que descanses bien? Voy a buscarte cuando la cena está lista-"

-" No, tengo 16 años, puedo caminar por mí mismo "- dijo Toby con sarcasmo, le devolvió a su padre la mirada y se fue a su habitación, donde cerró la puerta violentamente. 

En su pequeña habitación no había mucho. Sólo una pequeña cama, un armario, una ventana, y sus muros, que estaban adornados con fotos enmarcadas de su familia, bueno, en la época en que era una familia. Antes de que su padre se convirtiera en un alcohólico, y actuara con violencia hacia el resto de su familia. Toby recordó cuando su padre estaba discutiendo con su madre, la agarró por el pelo y la tiró al suelo, y cuando Lyra trató de levantarr a su madre, el borracho la empujó y ella se golpeó la espalda en la esquina de la cocina. Toby no podía perdonarlo por lo que le hizo a su madre y hermana, a Toby nunca le importó lo mucho que su padre lo golpeara, después de todo el no podía sentir, lo que le molestó y lastimó, fue como él intencionalmente daño a las únicas dos personas que le importaban, además cuando estaba en el hospital, donde su hermana respiró por última vez, la única persona que no tenía prisa ni dolor, era su padre. 

Toby estaba junto a la ventana y miró hacia la calle. Podría haber jurado que vio algo en el rabillo del ojo, pero rápidamente se echó la culpa a la medicación que le habían puesto. Un momento después, cuando la cena estaba lista, su madre lo llamó. Toby bajó las escaleras rápidamente y se sentó vacilante en la mesa frente a su padre, y en medio de su madre y una silla vacía. De algún modo estaba tranquilo, ya que sus padres podían comer bien, pero él no quiso comer.

En lugar de eso, sólo vio a su padre con una mirada vacía, miró a su madre un poco y vio hacia abajo a su alimento no consumido, el que nunca tocó. Toby se fue a su habitación con desaliento, se sentó en la cama, tiró unas mantas sobre su cabeza y se quedó mirando hacia la ventana. Estaba muy cansado, pero no había modo de que él se quedara dormido, no porque no quisiera, solo que no podía, no había mucho en que pensar. Él se había estado debatiendo consigo mismo: seguir a su madre y perdonar a su padre, o seguir guardándole rencor. Se alteró al oír la puerta abriéndose, luego se calmo al ver a su madre, esta, caminó hacia la habitación y se sentó en la cama junto a él. Ella se acercó y con una calurosa mirada le acarició la espalda.

-"Sé que es difícil Toby, lo entiendo, pero te prometo que todo va a mejorar, confía en mi"- dijo en voz baja.

-"¿Cuándo va a irse?"- dijo Toby con un tono un tanto inocente en su voz temblorosa.

-"No estoy segura aún cuanto tiempo se quedará, cariño"- respondió ella con tono amable. Toby no respondió, él sólo siguió mirando hacia delante en la pared, sosteniendo su brazo dañado cerca de su pecho. Después de varios minutos de silencio, su madre suspiró, antes de que ella se inclinara para besarle la mejilla y se puso de pie para salir de la habitación.

- "Buenas noches, cielo"- dijo mientras cerraba la puerta.

Las horas pasaron lentamente, Toby no podía dejar de dar vueltas en su cama; Cada vez que él dejaba que su imaginación asumiera el control, podía oir el chirrido de los neumáticos y los gritos de su hermana. Al recordarlo apartó unas mantas, sacó una almohada, se la puso sobre la cara y lloró en ella. Podía sentir como su pecho subía y bajaba mientras dejaba escapar cada temblorosa respiración mientras lloraba. Podía oír su llanto lastimero. Él habría estado gritando y llorando si no hubiera presionado la su almohada sobre su cara. Después de unos segundos se sacó la almohada de la cara y se sentó, encorvado, respiraba dificultosamente, con lágrimas en sus ojos, no podía dejar de llorar. Aunque trató de evitarlo, pero aun así no podía dejar de quejarse y gemir mientras estaba allí sentado temblando.

Aspiró un poco, se puso de pie y caminó alrededor de su cama hasta la ventana y miró hacia fuera, tratando de respirar profundamente, tratando de calmarse. Se frotó los ojos y miró hacia el grupo de altos árboles de pino en la calle. De repente se detuvo, su mirada se centró en algo que estaba de pie bajo la luz de la calle. No podía apartar la mirada de esa "Cosa" que se situó al lado de la luz de la calle, entonces, notó que eso tenía largos brazos y que lo miraba con ojos inexistentes. "Eso" no tenía rasgos; No tenía ojos, ni boca, ni nariz, sin embargo, mantenía la mirada hipnotizada en Toby. El zumbido en sus oídos se hizo más fuerte y más fuerte cada segundo que miraba, de repente todo se volvió negro.

A la mañana siguiente Toby se despertó en su cama. Se sentía diferente, no estaba cansado en absoluto, y cuando conscientemente se despertó, se sentía como si hubiera estado allí tendido, despierto durante horas. Ningún pensamiento le fluía a través de su mente. Se incorporó lentamente y se tambaleó hacia la pared, pero apenas se levantó, se sintió mareado automáticamente. Se tambaleó hacia la puerta y bajó las escaleras. Sus padres, estaban sentados en la mesa, su padre estaba en sintonía con el pequeño televisor que estaba en la sala, y su madre estaba leyendo el periódico. Ella rápidamente miró cuando sintió la presencia de Toby detrás de ella.

- "Buenos días dormilón, has estado durmiendo mucho,"- dijo y lo saludó con una sonrisa. Toby lentamente miró el reloj y se dio cuenta de que eran las 12:40 pm.-"Quería desayunar, pero hacía frío, me iba a despertar, pero sentí que necesitaba dormir"- dijo y la expresión de la mujer pasó de feliz a preocupada, porque su hijo se resistió responder a ella. 

-"¿Estás bien?" Toby bruscamente tropezó y se sentó junto a su padre. Sentía como si estuviera en reposo, y no tenía control sobre sus acciones. Veía todo lo que hizo, pero no parecía registrar todo en su cerebro correctamente. Extendió la mano y sin querer tocó a su padre, pero terminó siendo abofeteado. Su padre se volvió hacia él bruscamente y empujó su silla con el pie.

-"¡No me toques muchacho!"-Gritó el hombre.

Su madre se puso de pie enojada-"¡Para! ¡Esta es la última cosa que necesitamos!"- grito con una mirada de desprecio a su esposo.

Pasaron los días, y las cosas continuaron mal. Connie pasó la mayor parte de su tiempo limpiando la casa, y su desagradable marido pasó la mayor parte de su tiempo desordenando a su alrededor. Era lo que solía ser antes del accidente. Toby nunca salió de su habitación. Se sentaba junto a su cama, y temblaba. Su mente se preguntaba, pero sus pensamientos lo contradecían. Se paseaba alrededor de su pequeña habitación como un animal enjaulado, o miraba por la ventana. Continuó el ciclo insalubre. Connie siguió siendo empujado por su marido, era demasiado sumisa a él, y Toby se quedó en su habitación. Antes de que pudiera pensar dos veces, empezaba a masticar sus manos, rasgando la carne de sus dedos. Él roía sus manos hasta que sangraran. Cuando su madre lo vio ella reaccionó horriblemente. Corrió escaleras abajo y agarró una venda, envolviendo sus manos en ella. Exigió que no fuera a dejarlo solo desde entonces. Él se aisló tanto que llegó a odiar estar en contacto con otros. Su memoria decreció también. Empezó con faltas de memoria de minutos, horas, días, y así sucesivamente. Comenzaba diciendo tonterías, de cosas que no tienen relación a las conversaciones que tenía. Veía tiburones en su fregadero mientras lavaba los platos, oía grillos en su cabecera y veía fantasmas fuera de su ventana del dormitorio. Todas estas tonterías lo llevaron al psiquiatra. Su madre se preocupó demasiado por su salud mental, ella decidió que sería bueno para él para hablar con un profesional acerca de lo que estaba sintiendo. 

Connie y Toby entraron en el edificio, sosteniendo su mano y guiándolo Ella lo acompañó hasta la recepción y comenzó a hablar con la señora que estaba sentada detrás de él. "Mrs. Rogers ", preguntó la señora. "Soy yo," Connie asintió, "Estamos aquí para ver a la doctora Oliver, estoy aquí con Toby Rogers" "Sí, por aquí," La señora se puso de pie y les llevaron hacia abajo un largo pasillo. Toby miró la obra de arte enmarcada por los pasillos  en sintonía con el sonido de los tacones de la señora en el piso de madera dura. Ella abrió la puerta a una habitación con una mesa y dos sillas. "Si podemos conseguir que se siente aquí por unos minutos, voy a conseguir a el médico," ella sonrió y abrió la puerta. Toby tropezó en la habitación y se sentó al lado de la mesa. Miró a su madre y la señora antes de cerrar la puerta lentamente detrás de ellos. Miró alrededor de la habitación antes de que él levantó sus manos fuertemente vendados y comenzó a morder a los vendajes para desenvolver sus manos, pero fue interrumpido cuando la puerta se abrió y una mujer joven con un vestido manchado blanco y negro y el pelo rubio claro intervino, sosteniendo un porta-papeles y un bolígrafo. "Toby?", preguntó con una sonrisa. Toby la miró y asintió con la cabeza. "Encantado de conocerte Toby, mi nombre es Oliver"

Ella puso su mano para que la saludara, pero vacilante la apartó cuando notó sus manos vendadas. "Oh", sonrió nerviosamente antes de aclararse la garganta y sentado en la silla a la mesa frente a él. "Así que voy a hacerle algunas preguntas, trata de responder a continuación, lo más honestamente posible, ¿de acuerdo?" puso su clip de tabla hacia abajo sobre la mesa. Toby asintió lentamente y levantó las manos restringidas en su regazo. "¿Cuántos años tienes Toby?" "17", respondió en voz baja. Ella escribió que en el papel que se recorta en el porta-papeles. "¿Cual es su nombre completo?" " Toby Erin Rogers " "¿Cuando es tu cumpleaños?" "28 de abril", "¿Quiénes son parte de su familia?" Toby se detuvo por un minuto antes de contestar la pregunta: "Mi mamá, mi papá, y..." se detuvo, "M-mi hermana" "Escuché lo de tu hermana querido... lo siento mucho", su expresión se desvaneció en una mirada triste, lleno de compasión. Toby asintió con la cabeza. "¿Recuerdas algo del accidente Toby?" Toby apartó la mirada de ella. Su mente se quedó en blanco por un momento. Bajó la mirada hacia su regazo, y en los alrededores, oyó un zumbido tenue. Sus ojos se agrandaron y se congelaron en su lugar. "Toby", preguntó el consejero. "Toby ¿me estás escuchando?" Toby sintió un escalofrío por la espalda hasta que se congeló de nuevo y lentamente miró a la pequeña ventana. Se quedó mirando, los ojos como platos, el sonido cada vez más fuerte hasta que de pronto la voz fuerte del consejero rompió su trance."Toby!" Ella gritó. Toby saltó y cayó de lado de la silla y una copia de seguridad en la esquina. La doctora Oliver sujetó fuerte su porta-papeles. Había una mirada de sorpresa en sus ojos. Toby la miró a los ojos, su respiración era rápida.

Esa noche Toby se sentó en la cama. Sus ojos estaban aturdidos mientras miraba hacia el techo. Podía sentir que empezaba a quedarse dormido, cuando escuchó la dispersión de los pasos hacia abajo su pasillo. Se sentó y miró hacia la puerta, la puerta de par en par. No había luz, todo estaba iluminado por el resplandor azul luminiscente de la luna por la ventana, dejando una luz fría. Se puso de pie y lentamente se dirigió hacia la puerta, cuando de repente la puerta, que antes estaba abierta, se estrelló en su cara. Él abrió la boca y cayó. Cuando cayó al suelo, empezó a respirar pesadamente, con los ojos bien abiertos. Esperó unos segundos antes de volver a estar arriba en pie. Él extendió la mano y agarró el pomo de la puerta fría con la mano vendada. Miró hacia el pasillo oscuro y salió de puntillas de la habitación. La ventana al final del pasillo iluminó la oscuridad con la luz de la luna, él caminó  hacia abajo. Podía oír los pasos  a su alrededor y una risa leve, sonaba como que un niño había quedado delante de él, riendo y corriendo. El pasillo era mucho más largo que lo que se había acordado. Parecía interminable... como el viaje a casa desde el hospital. Oyó un crujido la puerta delante de él. "¿Mamá?", gritó con voz temblorosa. De repente la puerta se cerró detrás de él, y él dio un salto y se dio la vuelta. Detrás de él, oyó un largo gemido espeluznante detrás de él, que sonaba justo en su oído. Se dio la vuelta tan rápido como pudo y de repente quedó cara a cara con nada más que su hermana muerta. Sus ojos en blanco opaco, su piel pálida, y el lado derecho de su mandíbula colgando sólo por el tejido y músculo, tenía un cristal que sobresalía de su frente y la sangre goteaba por su cara, su pelo rubio estaba amarrado en una cola de caballo como siempre , vestía una camiseta gris y pantalones cortos de atleta sucios y manchados de sangre. Sus piernas se doblaban en formas en las que no deberían estar. Se veía igual como cuando había sucedido el accidente. Se puso de pie, a sólo unos centímetros de la cara de Toby. Toby gritó y cayó hacia atrás. Él empezó a gatear hacia atrás lejos de ella,No fué capaz de romper el contacto visual con sus ojos muertos. Se arrastró hacia atrás. Se detuvo por un segundo. Todo era silencio absoluto, excepto por su pesada respiración y su llanto. Poco a poco alzó la mirada para encontrarse con la cara en blanco de una figura alta y oscura que se alzaba por encima de él. Detrás de la masa oscura de altura había filas de niños, que eran más o menos de 3 a 10 años, con los ojos completamente negros y oscuros de un fluido negro escapando de las cuencas de sus ojos. Él gritó y se puso de pie lo más rápido. Él cayó. Trató de gritar, pero no podía hacer un sonido. Él resopló fuera, antes de que todo se volviera negro. 

Toby se despertó con un sobresalto. Él gritó y se incorporó tan rápido como pudo, completamente corto de respiración. Él jadeó y se sostuvo el pecho con las manos vendadas. Fue sólo un sueño... sólo un sueño. Se levantó de su cama. Sentía como un peso enorme. Se puso de pie y caminó hacia la ventana. No vio nada. No había nadie por ahí. No hay fantasmas. No hay niños. Nada. Oyó el susurro y la tos de su padre por la puerta. Su puerta estaba cerrada. Se acercó y la abrió. Mirando hacia el pasillo una vez más. Caminó por el pasillo hasta la cocina, donde encontró a su padre de pie y mucho humo en su sala de estar. Toby esperó un segundo y lo observó desde la esquina antes de que una sensación de ardor empezara en lo profundo de su pecho. Profundo en su corazón, la ira se hizo cargo de él. Oyó las pequeñas voces imaginarias en la cabeza. "Hazlo, hazlo, hazlo", gritaban. Se volvió y extendió los brazos. Se sentía como si en realidad tenía control sobre sí mismo, a diferencia de las últimas semanas desde que llegó a casa del hospital. De hecho tuvo pensamientos completos por sólo breves momentos, pero fueron nublados por el canto de las pequeñas voces en su cabeza. "Mátalo, él no estaba allí, él no estaba allí, mátalo, mátalo", continuaron adelante. Toby tembló. No. No, no iba a hacerlo. ¿Se estaba volviendo loco? No. Él no va a matar a nadie. No puede. Odiaba a su padre, pero no había manera de que lo matara. Eso fue todo. El último pensamiento que tenía antes de caer en un estado de inactividad, una vez más. La influencia de las voces en su cabeza era demasiada. Comenzó a caminar en silencio detrás de su padre. Se acercó al mostrador hacia el soporte de las cuchillas en la cocina y sacó el cuchillo más grande que había. Lo agarró lo más fuerte que pudo. Sintió una sensación de hacerse cargo de su pecho. Dejó escapar una risita. "Eh... hehe... ¡Heheheheh! ¡HA HAHAHAHAHAHAHAHA!" 


Comenzó a reír tan fuerte que tuvo que jadear para respirar. Su padre se dio la vuelta bruscamente antes de sentir una fuerza bruta empujarlo al suelo. Él gruñó. "¡Cómo!" Miró al chico que estaba a su lado, agarrando el cuchillo de cocina en la mano. "¡Toby, ¿qué estás haciendo?!" Fue a buscar un cuchillo y lo puso delante de él en forma de defensa propia, pero Toby estaba encima de él. Él lo agarró del cuello, pero su padre se le acercó y le cerró la mano agarrándole la muñeca. "¡Alto! ¡Suéltame que pequeño cabrón! ", Gritó, y con la otra mano tiró un punzón hacia el hombro de Toby, pero él no se detuvo. En la expresión de los ojos de Toby se veía que no estaba cuerdo. Parecía como si un demonio se había apoderado de él. Él gritó y iba a apuñalar a su padre en el pecho, pero él lo bloqueó y agarró su muñeca una vez más. Fue a empujarlo hacia atrás, pero Toby puso su pie frente a él y aterrizó un duro golpe directo a su cara. Su padre retrocedió, pero Toby regresó y clavó el cuchillo directamente en su hombro. 

Su padre dejó escapar un fuerte grito y fue a sacar el cuchillo, pero antes de poder hacerlo, Toby lanzó su puño derecho en su cara. Él comenzó a golpear con los puños en la cabeza de su padre, riendo a carcajadas. Agarró el cuchillo y lo arrancó de su hombro. Él clavó profundamente el cuchillo en el pecho de su padre y lo apuñalo varias veces en el torso, la sangre se derramaba y  lo salpicó por todas partes. No se detuvo hasta que el cuerpo de su padre se quedó inmóvil. Tiró el cuchillo a un lado y se inclinó sobre su cuerpo, tosiendo y jadeando. Miró a su padre destrozado en la cara y se sentó nervioso, hasta que un grito rompió el silencio. Miró a ver a su madre de pie a unos metros de distancia, cubriendo su boca, con lágrimas en los ojos. "Toby" ella gritó, "¿Por qué hiciste esto?" exclamó. "¡P-por qué!" Gritó. Toby se puso de pie y comenzó a alejarse del cuerpo ensangrentado de su padre. Él comenzó a retirarse de la cocina. Se miró las vendas empapadas de sangre en sus manos y miró a su madre por última vez antes de que él se volviera y salió corriendo de la casa. Corrió hacia el garaje y golpeó su mano contra el panel de control en la pared y pulsó el botón para abrir la puerta del garaje. Antes de que él se fuera se quedó con dos hachas de su padre que había estado colgando en el estante de herramientas sobre una mesa llena de frascos, lleno hasta el borde con viejos clavos oxidados y tornillos. Una de las hachas era nueva, tenía un mango de color naranja brillante y una hoja brillante, la otra era vieja con un mango de madera y hoja roma antigua. Tomó ambos y miró la mesa y sus ojos se encontraron con una caja de cerillas, y debajo de la mesa había un tanque de gasolina de color rojo. Él llevó las dos hachas en su mano y agarró los fósforos y gasolina antes de salir corriendo del garaje, por el camino y en la misma calle. Al acercarse a la luz de la calle que él podía ver su propia ventana de la habitación, oyó las sirenas de policía a la distancia. Se dio  la vuelta y las luces rojas y azules entraron corriendo por la calle. Toby se detuvo un segundo, antes de que él abrió la tapa del depósito de gasolina y salió corriendo por la calle, derramó gasolina sobre la calle, y se volvió a correr hacia los árboles. Sacó un fósforo. Él la golpeó contra la caja e inmediatamente cuando este se prendió lo dejó caer. En un instante, las llamas estallaron a su alrededor. El fuego estaba en los árboles y arbustos a su alrededor y antes de darse cuenta, estaba rodeado por el fuego. Las siluetas de los coches de policía no eran visibles a través de las llamas, mientras retrocedía hacia el bosque a su alrededor, miró a su alrededor, pero su visión era borrosa, su corazón latía con fuerza y cerró los ojos por un momento.  


En la televisión el periodista empezó a introducir el nuevo titular. "¡Tenemos noticias de última hora! Ayer por la noche se ha producido un asesinato. Las víctimas, 4 niños que habían estado acampando en el bosque anoche. 
Esto fue todo. Este fue el fin. Toby sintió una mano en su hombro. Abrió los ojos y miró a ver una gran mano blanca con dedos huesudos largos que descansaban sobre su hombro. Siguió el brazo  hasta ver a una oscura figura imponente. Parecía estar vestido con un traje negro oscuro, y su rostro estaba completamente en blanco. Toby tenía su visión borrosa y estaba rodeado por el sonido de zumbido en los oídos. Todo se quedó en blanco. Eso fue todo. Ese fue el final. Así fue como Toby Rogers murió, pero así fue también como Ticci Toby nació. Unas semanas después Connie se sentó en la cocina de su hermana. Su hermana, Lori se sentó a beber una taza de café. Hace unas tres semanas, Connie perdió a su marido y su hijo, y unas semanas antes, ella perdió a su hija en un accidente de coche. Desde entonces se fue a vivir con su hermana. 

Los niños habían sido apuñalados. Los investigadores han descubierto un arma en la escena del crimen que parece ser una vieja, hacha de filo embotado". "Los investigadores han sacado el nombre de un posible sospechoso, Toby Rogers, un niño de 17 años que hace unas semanas había apuñalado a su padre y trató de cubrir su escape mediante la creación de un incendio en las calles y la zona de bosque alrededor del barrio. Aunque habían creído que el niño había muerto en el incendio, los investigadores sospechan que Rogers todavía está vivo, debido al hecho de que su cuerpo nunca fue encontrado.

"